Decir lo que sentimos, sentir lo que decimos, concordar las palabras con la mente. (Séneca)

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domingo, 20 de enero de 2013

Huele a primavera, y no lo ha dicho El Corte Inglés (aún)

Esta tarde he salido a correr. Ya dije hace poco que me había vuelto una atleta. No de élite, por supuesto, que una tiene sus limitaciones, pero bueno, se hace lo que se puede. El otro día hice pellas, lo confieso. Hacía un frío del carajo, estaba gris y yo tenía muy pocas ganas, no lo voy a negar. Pero hoy me he dicho: "venga, con dos cojones", y claro, me pico a mí misma. Soy muy competitiva, no sé quién me lo habrá dejado en herencia. Así que me he plantado las mallas, he cogido el MP3, y al fresquito que me he ido...
Y me he llevado una alegría. Llamadme loca, pero ya huele a primavera. Sí, en el calendario pone que estamos en Enero, pero mi olfato ha hablado. Lo he notado en el ambiente, se respira el cambio de estación. Vale que el tufo que me ha venido es el del abono que están echando en los jardines. Vamos, que lo que he respirado ha sido olor a mierda, pero da igual. Mi corazón me ha dicho que la primavera está cerca. Ohhhhhh, qué poético... Sí, de vez en cuando me sale la vena Neruda...

Pues qué gilipollez más tonta te ha entrado, pensará alguno. No sé, será que estoy más sensible, o que estoy ovulando y se acercan esos días del mes. Por cierto, que alguien me explique qué mierda se fuman los publicistas de los anuncios de compresas, por favor. ¿Hay algo en ti que busca la suavidad? Venga, hombre, por Dios, que estamos hablando de echar sangre por la... bueno, no voy a ser ordinaria. Pero ganas me dan. En fin, que sea cual sea la causa, he empezado el 2013 con la intención de cambiar el chip. Y estoy intentando ponerle una sonrisa a las cosas. Optimismo a raudales, venga, que estamos que lo tiramos, oiga.

Por ejemplo, lo del olor a mierda de antes. Resulta que primero huele a caca, y después nacen las flores. Y no nacerían sin la caca. Dicho así suena un poco soez, pero se entiende. Básicamente se trata de darse cuenta de que existen cosas, en principio desagradables o "malas", que provocan cosas "buenas" o se transforman en ellas. Como los jarabes que saben tan asquerosamente mal, y te curan la tos. Algo así. 

Muchas veces es difícil pensar que algo malo puede producir algo bueno. Algunas cosas en la vida son tragedias, y punto, sin más. Nada bonito sale de ellas. Pero creo que muchas otras derivan en alegrías, aunque quizás no hayamos sabido ver la cadena de transformación de una en otra. Como el efecto dominó. Y todo el mundo sabe que el efecto dominó no empieza solo. Necesita un empujoncito. Si ahora mismo me preguntaran cuál es la moraleja de todo esto, diría que el impulso a las fichas se lo damos nosotros, simplemente pensando que la botella está siempre medio llena, que la mitad del trabajo ya está hecho.

Así que si bajáis mañana a la calle y huele a mierda, miraos los zapatos por si habéis pisado una, y si no, seguro seguro que las flores llegarán.


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