Decir lo que sentimos, sentir lo que decimos, concordar las palabras con la mente. (Séneca)

Decir lo que sentimos, sentir lo que decimos, concordar las palabras con la mente. (Séneca)

miércoles, 29 de mayo de 2013

Pide peras, pero no al olmo...

Aquí donde me veis, tengo en mente escribir un libro. Será mi salto mundial a la fama y la fortuna, sobre todo a la fortuna, espero. Y ya de paso, mi plan de jubilación, aunque si me tengo que jubilar a los 67 (o más), a saber en qué condiciones andaré, sobre todo mentales. La idea es que sea una recopilación de las gilipolleces que habré escuchado y/o visto durante mis años de profe. ¿Tantas como para escribir un libro? Puf, ya voy por el tomo dos...

domingo, 19 de mayo de 2013

Miénteme un poquito.

He caído en la cuenta del papel tan importante que juega la mentira en nuestras vidas. En las de todos, sí, no me vengáis con eso de huy, quita, quita, yo siempre soy sincero. Ja. Cuidado, yo miento la primera, no os vayáis a pensar que voy presumiendo de honestidad por el mundo. Es más, los 100 % sinceros son muy cabrones, con perdón. La mentira está subestimada, ya veréis por qué lo digo...

sábado, 11 de mayo de 2013

Un año, 50 posts y la historia que me trajo aquí...

He estado varios días dándole vueltas a qué escribir para conmemorar mi añito aquí metida. Sí, ya se va a cumplir un año, el tiempo vuela cuando le das a la tecla. Y si encima ese añito coincide con el post número cincuenta, la ocasión me parece tan especial que merece asimismo una historia especial. Ninguna mejor que la que me trajo aquí...

martes, 7 de mayo de 2013

Dos llaves, una cerradura y cómo equivocarme, y equivocarme, y equivocarme...

Tengo (sólo) dos llaves en el trabajo. Podrían ser más, pero como voy en metro a todas partes, no necesito llave del parking, así de fácil. Ni de mi taquilla, porque a ver quién es el guapo que le encuentra la utilidad a robar hojas y más hojas de ejercicios de fracciones, con lo rollo que es eso del mínimo común múltiplo... Pues llego a una de las dos puertas cerradas, cojo una de las dos llaves, la meto en la cerradura... y no es ésa. ¿Será posible que me pase esto una y otra vez? ¿O incluso varias veces seguidas, en el mismo día? ¿Es que acaso el universo, o el azar, o la divina providencia, tienen alguna especie de plan en mi contra...? Lo sé, qué bien se me dan los dramas, ¿eh?...