Dicen que los niños, los locos y los borrachos no mienten. De los niños, doy fe. Incluso de los adolescentes. Bueno, no es que te digan siempre la verdad, pero más de una vez me ha sorprendido lo sinceros que son sobre aspectos que ni me habría imaginado. Con los locos no tengo tanta experiencia, pero creo que a veces dan en el clavo con una precisión asombrosa. Y sobre los borrachos, he descubierto que en ocasiones el alcohol es como el suero de la verdad...