Decir lo que sentimos, sentir lo que decimos, concordar las palabras con la mente. (Séneca)

Decir lo que sentimos, sentir lo que decimos, concordar las palabras con la mente. (Séneca)

sábado, 29 de septiembre de 2012

No me digas que los ángeles no existen

Siempre fui una niña un tanto miedica. Por qué no decirlo, lo confieso. La oscuridad era superior a mis fuerzas, me asustaba cualquier ruidito que escuchase de noche, imaginaba todo tipo de criminales entrando en casa y andando por el pasillo, a oscuras, sin tropezarse los muy jodíos (ups). Miraba hacia la puerta y creía verlos allí, y entonces me escondía debajo de las sábanas, corroborando la creencia universal de que las sábanas le protegen a uno de todo mal, que no sé de dónde leches hemos sacado esa teoría, pero el caso es que el 99 % de nosotros lo creemos firmemente. Y así me tiré hasta que cumplí no sé cuántos, y descubrí que dormir es algo maravilloso y uno de mis grandes hobbies, por cierto.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Y se hizo la luz

Hace unos cuantos años ya, cuando era más joven (si cabe), me dio por las frases célebres y los proverbios. Ya está aquí la pirada, diréis. Pues sí, pero ya no tengo remedio. Tanta tabarra di en casa, que mis padres me compraron un libro llenito de frases de ésas, probablemente con la esperanza de que se me pasara la tontuna, pobrecillos. Y tenían razón. El libro acabó guardado en el armario (uno más de tantos), y a mí seguro que me dio por alguna otra cosa, pero vete a saber qué, porque ya os digo que de esto hace un tiempecito largo.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Karma

Hubo una época en que llevaba mochila, me ponía la carpeta en el pecho y decía "Jo, tía". Por aquel entonces, todavía no había Whatsapp y se bailaban las canciones de King África en la discoteca. Vaya marcha, ¿eh? Recuerdo que me sentaba la primera en clase, muy empollona yo, y que me gustaba un amigo mío muuuuuy guapo que iba para bombero y no sé qué hizo al final, algo de delineante, creo recordar. Qué tiempos... Y recuerdo lo mucho que sufrí con una asignatura en especial, la dichosa física, ésa de los dos trenes que salen siempre de Barcelona y de Madrid en sentidos contrarios, y de los que había que averiguar dónde leches se encontraban, que digo yo que pa'qué narices había que calcularlo, que a mí me gusta viajar y no me preocupo de dónde me cruzo con el Cercanías que viene en la otra dirección... Qué manía la cogí, por Dios.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Terapias de choque

De culo y contra el viento. O de culo y cuesta abajo, como prefiráis. Así es como siento a veces que va el mundo. Es mi deber advertir de que la parrafada que voy a soltar a continuación, probablemente sea fruto de una pequeña crisis existencial mía, nada serio (espero). Dicho esto, prosigo, que había nombrado dos veces la palabra "culo" y me tengo que explicar.